Obras y arqueología en Vitoria-Gasteiz, mal matrimonio

Tapado Vitoria
Debajo está sepultada nuestra historia y un yacimiento arqueológico en pleno Vitoria
La realización de obras en los centros históricos de nuestras ciudades ha de contar con una planificación que incluya la existencia y/o preservación del legado arqueológico. Cuando este no se contempla suele provocar problemas innecesarios.
Los yacimientos arqueológicos no sólo se encuentran en sitios emblemáticos y por los que pasan muchos turistas. También se encuentran en otros lugares en los que pueden ser disfrutados por la ciudadanía y generar un nodo cultural para los vecinos.

Vitoria-Gasteiz no es una excepción. Mirábamos a esta ciudad con cierta envidia. El famoso lema “Abierto por Obras”, surgido en las operaciones de rehabilitación de una de sus dos catedrales, ha sido una seña de identidad de la ciudad. La mecánica que conllevaba, el de visitar las obras mientras estas se producían, seguir los avances en directo, atraer turistas a una exposición permanente en constante evolución, cosechó éxitos notables acompañados de premios internacionales. De esos galardones en los que a las autoridades les gusta salir en las fotos.

Sin embargo, el concepto se pierde una vez que salimos de contextos emblemáticos. Estos días, unas obras necesarias para el futuro de la ciudad -un aparcamiento de bicicletas subterráneo- han topado con vestigios del pasado. En opinión de algunos colegas vitorianos son de interés histórico. Además, se ven acompañados de una materialidad suficiente para su conservación y puesta a la vista para la visita del público, como se ve a continuación.

No parece que vaya a ser así. Las administraciones han optado por no enseñar, tapar, construir el aparcabicis y dotar al espacio de señalética que explique lo que se ha decidido dejar bajo la nueva infraestructura. Todo esto en tiempo récord. No hemos visto una resolución administrativa así en la vida.

No hemos visto una resolución administrativa así en la vida.

La PEPA ya se hizo eco de estas actuaciones en nuestras redes sociales, y ahora retomamos esta cuestión. El alcalde de Vitoria-Gasteiz, para atajar las voces discordantes, ha explicado en rueda de prensa el procedimiento seguido.

Las obras se hacen en un área de cautela arqueológica, la empresa constructora localiza restos y lo comunica a la empresa de arqueología, que procede a documentarlos. Mientras, se consulta a la Diputación Foral de Álava -la administración que gestiona el legado arqueológico en esta provincia- que autoriza el tapado de los restos y la continuación de la construcción.

Entre tanto , expertos locales en Arqueología piden tiempo para la correcta excavación, que se enseñen los restos y que se plantee un cambio en el proyecto que integre los restos. Ignorados. Hasta que el Instituto Alavés de Arqueología -una asociación ciudadana- no lanza un comunicado en prensa expresando estas inquietudes, y un particular lanza una recogida de firmas virtual en Change.org, no hay reacción pública del Ayuntamiento, que está aguantando unos titulares de prensa que han recogido todo este proceso y explicado el sentir de una parte de la ciudadanía al respecto.

Sin embargo, la rueda de prensa del primero de las y los vitorianos indica algo extraño. Por dos veces el alcalde indica que es la empresa constructora, que actúa en una Zona de Presunción Arqueológica, la que avisa de la aparición de los restos, y en ese momento entra la empresa de arqueología. Y no le ha chirriado nada en su discurso.

No le chirría porque el legado arqueológico no es su principal preocupación, y por esto ignora el procedimiento a emplear en estos casos. Lo lógico es que hubiese un equipo arqueológico controlando los movimientos de tierras de la constructora, para que no se produzca afección a elementos patrimoniales. Esto suele ser lo habitual. Incluso es menos de lo que indica el Artículo 65 de la Ley de Patrimonio Cultural Vasco, aprobada en 2019.

Este impone un estudio previo de la parcela susceptible de contener restos, y que valore la existencia o no de estos. Una vez presentado el estudio -insistimos, previo-, se puede desestimar la protección del espacio o, por el contrario, proponer distintos grados de protección. ¿Existe el estudio previo?¿Hay un informe técnico sobre el valor de los restos?¿Se ha cumplido algo de este procedimiento legal?

Somos un mar de dudas. Eso sí, el munícipe dice que está todo bien y que se han cumplido todos los protocolos.

Va aquí el final, aunque daría para abrir otra entrada en esta web y seguir diciendo esto en alto. Tememos por las consecuencias de la postura de defensa activa del Legado arqueológico que han adoptado nuestros colegas gasteiztarras. Vigilaremos para que no sean castigados en el devenir de sus carreras profesionales o en sus actividades sociales. No ignoramos que quién asume este papel queda expuesto, cuando no marcado, y estos gestos llevan aparejados el ostracismo laboral y social.

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